Primera reunión

Aaron se le quedó mirando durante varios segundos en silencio, asimilando lo que su compañera le acababa de decir. Bien era cierto que la forma de decir las cosas no le parecían las más adecuadas, pero no podía quitarle la razón a la joven japonesa. Estaba tan tenso ante la espectativa de experimentar el rechazo general por su "problema" que este no le había permitido bien analizar a Eveline. No parecía una amante de los chismes ni mucho menos daba el perfil de chica manipuladora. Por primera vez en toda la reunión, se relajó y le dedicó una sonrisa despreocupada que dejaba entrever ligeramente sus colmillos que en lugar de darle una imagen siniestra, resultaba incluso cómica.

-Tienes razón. No te he calado y, sin embargo, tú me has pillado por banda.- Habló con mucha más soltura de lo habitual.- Siento lo que he dicho, a veces este "estado" te pone en malas situaciones.- Mientras decía aquello, el ucraniano sintió un leve pellizco en el estómago que le indicaba que, dentro de poco, le llegaría la hora de su "comida".- Por cierto, sobre la fiesta ilegal... ¿Vas a ir con alguien o prefieres ir de incógnito?

Eveline volvió a sonreír, de manera misteriosa. Sus ojos reían. ¿Era cosa suya... o aquello era una indirecta? Una indirecta, seguro. Pero bastante directa para ser una indirecta.

-Ir de incógnito es infinitamente más divertido. Este tipo de fiestas donde uno tiene que pasar desapercibido, son mi especialidad. De hecho son mis favoritas. Seguro que no me encontrarás por mucho que busques. Sobretodo porque todavía no me has calado.

Dicho esto cruzó de una buena vez el umbral de la puerta. Tenía cosas que hacer. Para empezar, tenía que buscar un buen vestido y una bonita máscara.

-No creo que nos crucemos mucho hasta el día de Halloween. Pero seguro que seré yo quien te encuentre, y no te darás ni cuenta.

Aaron no pudo reprimir una sonrisa entre divertida y juguetona. Definitivamente, Eveline no era una chica más de las que le rondaban constantemente y agitaban sus pestañas como su compañera Oddrey para acaparar su atención. Aquella fiesta pintaba realmente divertida... y la diversión de un estudiante era algo que había echado de menos durante su cautiverio en manos de su maestro vampiro.

-Vaya, ahora tendré que trabajármelo de verdad...