Rock and Roll All Nite

Eugen era una persona a quien le gustaba tener las responsabilidades a la orden del día. Puede que su habitual aspecto zarrapastroso diese la impresión equivocada, pero para él su trabajo era una inaudible prioridad y un deber inapelable. Por lo que, todo hay que decirlo, haberle convencido para evadirse de tal por una noche e irse de parranda con los compis de trabajo había sido un logro digno de elogio.

Como guardabosques que era, su mayor deber era evitar que nadie se adentrase demasiado y que nada saliese de entre los árboles. Y como buen empleado, quizás demasiado dedicado, aprovechó hasta el último segundo de vigilancia en el interior de su cabaña, resignándose a abandonar su puesto y abandonar por tanto la escuela a merced de, quien sabe, un dinosaurio resucitado.  Había que tener en cuenta que el Celador había sido tan majo de hacerle el favor y  no tendría de qué preocuparse, pero sí, sí que se preocupaba. Además, tendría que devolverle el favor y eso también le preocupaba.

De todos modos, terminó por tomar puerta y se dirigió como una flecha a la bonita plaza del pueblo, lugar de encuentro, antes de que más ideas absurdas le consumiesen. Además, había que admitir que, para lo desastrillo que era y el frío que hacía, se había puesto bastante guapote. Recurrió al truco de la coleta para no parecer un salvaje, jejeje.

Al fin y al cabo, no iba a negar que estaba bastante ilusionado con la idea de irse de juerga y probar el ambiente del tan aclamado bar del pueblo. Esperaba que fuese una buena noche. Eso sí, no dejaba de mirar hacia atrás, esperando ver asomar la cabeza de un reptil gigante.


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OFF ROL: Ok, finalmente nos vamos de fiestuqui weeeee *3*
Os he hecho la intro así para que tengáis elección respecto al encuentro, así podéis decidir si vuestro pj ya se encuentra esperando en la plaza o se integra más tarde ´w`
Para ello veo conveniente que cada uno conteste cuando le convenga a cuanto inicio se refiere y así se establezca el orden de respuesta, tal y como hicimos en Halloween hihi (O sea, que lo de los papelitos sólo sirvió para que yo hiciese el inicio HAHAHAHA;;; )
Y hablando de Halloween, ya sé que se explicó en el grupo de FB pero reitero para que quede vigente aquí también: la distribución sera exactamente la misma, es decir, que cuando se tenga que intimar con algún pj, se abre tema aparte y todo eso para que sea lo más cómodo posible.

Y una última cosa respecto a mi persona. Introduciré a Ediel es un post independiente a Eugen y luego postearé con ambos juntos, más que nada por temas de estética y comodidad, así que sorry por las molestias de antemano o3o!

Pondré toda la info y cambios en el grupo de Kurowski también por si alguien se despista ´w`! Así que nada más, A DISFRUTAR *33333*

Letze estaba a punto de llegar a la plaza pero no hacía más que pararse y mentalizarse de qué iba a decir cuando llegase, pensar cómo actuar en la fiesta, comprobar que no le faltaba dinero, que llevaba las llaves encima… Cualquier cosa que sirviese para retrasar su presencia en la plaza.  
Aún quedaban unos cinco minutos hasta la hora acordada y aprovecho una última pausa para asegurarse de que iba conjuntado tal y como quería; Llevaba unos vaqueros grises ceñidos con tachuelas aquí y allá, un jersey  negro largo pegadito que le llegaba a medio muslo y que tenía huecos en las mangas para encajar sus pulgares, una simple bufanda y algunos collares y anillos de distintos grosores y colores.  
Al resumir la marcha, vislumbró de lejos la figura de alguien en la plaza.  No veía bien quien era ya que estaba todo bastante oscuro; lo único que alcanzaba a ver era una figura sin curvas, por lo que imaginó que sería un hombre.

“Por favor que no sea el tipo raro que no puede comer… Por favor.  Es que fijo que le acabaría soltando algo como ‘oye esta noche hay que beber jaja‘ y el me miraría con cara despectiva y un me daría un rotundo ‘no’ y se pensaría que soy un insensible y le caería ma-…¿Ese no es Kreiss?”

La figura ahora se veía claramente y sin dudas, era Eugen.  De lejos y así de arreglado y era difícil imaginarse que era él.

-¡Hola Edelmut!

-¡H-Hola! “Dios, menos mal que eres tú.”

Hacia mucho, mucho, muuuuuuuucho tiempo que no salía a divertirse así que tanto su cuerpo como su mente se lo estaban pidiendo a gritos desde hacía meses. Si bien era cierto que él no era de los que le gustaba las fiestas excesivas y desmadradas, tenía que reconocer que una de vez en cuando le hacía mucho bien. Y estaba seguro de que tras lo ocurrido en Halloween iba a sentirse mucho mejor después de una juerga con algunos de sus compañeros y unas cuantas copas de más.

Estaba deprimido, era un hecho, pero no quería venirse abajo y menos aquella noche.

Tras asegurarse de que su camisa blanca estaba impoluta, de que su corbata azul no tenía arrugas, de que no había cogido ningún pantalón de "andar por casa" por error y de que sus zapatos negros relucieran como el primer día, Boris salió de su casa, echó la llave y se dirigió con paso ligero hacia la plaza sumido en sus pensamientos.

-"Iban a venir el guardabosques, el profesor Edelmut, Sigrid, el profesor Natarov y Michael".- Una sonrisa bobalicona adornó su rostro al recordar la amistosa charla con el profesor de Defensa contra las Artes Oscuras.- "Habría sido gracioso que viniesen también el profesor von Gottlieb y el profesor Durkheim... Haríamos apuestas sobre quien es el que aguantaba más tiempo con la cara de peras agrias."

Al ver a dos figuras ya en la plaza, no pudo evitar mirar su reloj temeroso de haberse retrasado, pero suspiró aliviado al ver que llegaba con antelación. Reconoció a los dos hombre casi al instante.

-Buenas noches, profesor Edelmut. Buenas noches, Kreiss.- Saludó mientras levantaba una mano amistosamente.- Sí que son puntuales. ¿Qué tal les va?

Michael no podía negar que estaba nervioso. Aquella era su primera noche "de juerga" desde hacía muchisimo tiempo y apenas se acordaba de la última vez que había salido acompañado. ¿Sería todavía cuando estudiaba?
Además, aparte de Boris, no conocía demasiado bien a los que también iban a ir. Y eran sus compañeros de trabajo, al fin y al cabo.

"La verdad es que necesitaba algo así desde hace tiempo..."

Por supuesto, no le había dicho nada a Damien, aunque estaba seguro de que se enteraría de una forma u otra, pero era mejor no pensar demasiado en ello todavía.

Había intentado salirse de su habitual traje con una camiseta blanca de manga larga y un pantalón vaquero negro que había pasado los últimos años hundido en el fondo del armario. Cogió su chaqueta negra, salió, echó la llave a la puerta y se dirigió a la plaza donde debía encontrarse con los demás.

"¿Me he retrasado?" se preguntó al ver que Boris, el profesor de Astronomía y el guardabosques ya estaban allí charlando.

- Buenas tardes a todos. Espero no haber llegado tarde...

A causa de su "dieta particular", Ediel disponía del suficiente tiempo libre como para abandonar su pequeño hogar con antelación y permitirse el placer de derivar sin rumbo por las frías calles del pueblecito, silenciosas y oscuras a aquellas horas, rememorando pequeños y borrosos acontecimientos del pasado.

Sus pensamientos, sin embargo, se desviaban hacia el festivo evento del que iba a formar. No se trataban de nervios, ya que hacía mucho que sensaciones inútiles como esa habían dejado de atrofiarle el cerebro, sino más bien cierta expectación morbosa por conocer más a fondo a sus acompañantes, de tal modo que sus impresiones podrían facilitarle una futura labranza. Y además, esperaba tener una mínima oportunidad de divertirse. A su manera.

Siendo un ambiente tan informal, no le dio mayor importancia a la puntualidad y apareció en la plaza con cierto retraso, cuya aparición fantasmal pareció interrumpir la charla animada que empezaba a bullir del lugar.

-Buenas noches -saludó educadamente con una leve reverencia con la cabeza. Escudriñó a todos los presentes, uno a uno-. Oh, espero no interrumpir nada. No soy el último en llegar, ¿verdad?

Ese era el caso, puesto que la profesora restante no hizo acto de presencia, ni lo haría hasta más tarde, como era habitual en su carácter. Por tanto, hubo una espera de “por si las moscas” de corta duración, un pequeño cuartelillo, tras la cual el grupo de profesores partió en dirección al bar entre conversaciones, algunos más animados a involucrarse que otros.

El tiempo volaba y la llegada fue corta. Un cartel viejo y escueto, rezaba el nombre del pub, “Bar Spyritus”, y coronaba la puerta de madera de la entrada, que parecía haber visto mejores años.  Un montón de candiles antiguos y  oxidados, algunos encendidos y otros no, colgaban de la pared como decoración e iluminaban el umbral con un aire enigmático. Cuando entraron, el murmullo del interior y el calor que desprendía se filtraron por la puerta hasta invadir las calles por unos escasos momentos. Dentro el ambiente era incluso mejor y más acogedor, con la música de fondo taponada por la cháchara de la gente del pueblo.  La luz naranja se esparcía por toda la estancia a través de la densa nube de tabaco y recaía sobre las sillas, mesas y las paredes repletas de carteles. La barra estaba repleta y apenas se divisaba al barman entre los clientes. No hubo otra más que sentarse en una mesa.
La piel de Ediel parecía menos decrépita con aquella iluminación tan cálida, pero por otro lado la hacía destacar más. Ojeó el espacio con algunas miradas presuntuosas bien disimuladas, mientras que Eugen parecía estar encantado con el lugar a pesar de los nervios.  Se le iban los ojos a los dardos.

-Em, bueno…  -Eugen sacó el valor de abrir el pico nada más sentarse-. ¿A quién le toca pedir?

El lugar desprendía sin dudarlo cierto encanto que aliviaba un poco los nervios del profesor de astronomía.  Siendo el único al que conocía, se sentó al lado de Eugen y bien pegadito a él.  Estaba muy nervioso y no encontraba el momento para animarse a charlar con los demás… Todo esto le estaba costando horrores, incluso algo tan fácil como mirarles a la cara.
Jugueteaba despreocupado con sus pulgares cuando Eugen planteó la pregunta.  ¿Sería él quien se encargase de eso?

“El profesor Januitis sin duda debería quedarse ahí sentadito a menos que queramos bañarnos en alcohol… El profesor Natarov podría hacerlo… Pero no sé yo cómo de delicado está… Eugen no, porque lo ha dicho… O el profesor Triggs o yo.  ¿No sería una descortesía por mi parte hacerme el loco?"

Todo esto lo había pensado en una fracción de segundo mientras escudriñaba las caras de los profesores presentes.  Tragó saliva discretamente y aunque preocupado, optó por aportar algo a la conversación.

-Mmm…-Fue lo único que acabo por articular; justo el toque de atención para que los profesores le miraran a él.- ¿Voy…?

Boris estuvo a punto de ofrecerse, pero el hombre de tez morena se le adelantó con voz temblorosa, baja e insegura. Fue curioso, porque al verle tan incómodo entre ellos ofreciéndose a pedir por todos fue incapaz de negársele. Se recostó en el asiento.

-Entonces, ¿te importa pedirme la especialidad "La lengua de Dessie"? Siempre quise probarla. -El ladeó la cabeza un poco dubitativo, pero al final realizó la pregunta a la que le estaba dando vueltas. -¿Seguro que no necesitarás ayuda?

- Será mejor que vaya yo con él. - intervino rápidamente Michael.

Recordaba claramente lo que le había ocurrido a sus papeles en la reunión con Boris y confiarle unas bebidas a él habría sido sin duda un gran error. No quería acabar empapado nada más empezar la noche...

- ¿Los demás qué queréis?

Eugen meditó en vano. No había pisado nunca el bar ni ninguna cosa parecida en Polonia, así que ni idea de lo que podrían servir.

-Em... Cualquier cosa que sea cerveza me sirve -se resignó con los hombros encogidos.

-Nada para mí.

El comentario de Ediel pareció haber acaparado la atención. Se apresuró a responder educadamente antes de que nadie abriese la boca.

-Debo tener mucho cuidado por temas de enfermedad, como sabréis, así que será mejor que no ingiera nada -aclaró tranquilamente-. De paso, aprovecho para deciros que por desgracia no podré quedarme toda la noche por motivos de la misma índole. Así que, por favor, os pido que no os reprimáis porque yo este aquí, no quiero ni mucho menos estropear la noche -continuó sin que su cordial sonrisa se turbase.

Hizo una rápida nota mental de lo que le habían pedido sus compañeros de trabajo antes de poner cara de tristeza, preocupado por las palabras del profesor de Runas.

“No ingerir nada toda la noche… Pobrecito, pensé que al menos algo tomaría.  Aunque no lo diga en voz alta lo más probable es que este incomodísimo… Y cagándose en su enfermedad.”

-V-Vaya… Uhm…-Miró a Michael de soslayo.  Como no sabía que hacer, decidió ponerse en pie con intención de ir a la barra, pero lo hizo demasiado rápido y sin pensar:
Se tropezó, clavándose su propia silla en la zona baja de la espalda.  Hizo una ligera y sutil mueca de dolor mientras maldecía sin atreverse a mirar a ningún profesor.  Notaba como se le subían los colores.

-E-Estoy bien… ¿Vamos T-Triggs?

Tras un leve asentimiento de cabeza del hombre de cabellos albinos, ambos profesores dirigieron sus pasos a la barra dejando a los otros tres hombre solos. Boris, algo decepcionado por no haber podido ayudar, dejó caer la cabeza hacia atrás y dejó escapar un suspiro de alivio. Había deseado que llegara aquel día con el fin de aislarse un poco de sus actuales quebraderos de cabeza.

-Es una pena que no pueda tomar nada, profesor Natarov. -Dijo el lituano mientras se quitaba las gafas para limpiarlas con el borde de su camisa. -Espero que no se sienta incómodo. Siempre puede reírse de nosotros cuando ya no nos tengamos en pie. -El moreno desvió la vista con algo de vergüenza. -Aunque creo que no es algo que debamos decir muy alto siendo profesores... y el guardabosques, claro. -El profesor de Estudios Muggles clavó sus ojos en los de Eugen. -¿Cómo han logrado convencerle para que venga? Es que parecía muy reacio a dejar la cabaña para cualquier cosa...

A Michael no se le había pasado aquel traspié del profesor de Astronomía y comenzó a temer por las bebidas que acababan de pedir. Tan solo esperaba que la torpeza de Edelmut no fuese de tal magnitud como la de Boris.

- También se ha incorporado este año, ¿no? - dijo el albino para romper el hielo.

Se apoyó en la barra.

- Aunque no es de por aquí, por lo que tengo entendido.

Ediel se limitó a sonreir al profesor de Estudios Muggles y se relajó en el asiento, cruzando ambas manos sobre su regazo. No intervino en la conversación, simplemente actuó y esperó como un espectador. Eugen rio.

-Digamos que Edelmut es más persistente de lo que parece. Me insistió en que no quería ir solo y al final acabé picando -sonrió incómodo. Maldito Edelmut y maldita su carita de cachorrillo-. No me hace gracia abandonar el puesto de trabajo, pero por una vez supongo que no pasa nada... Además, creo que me vendrá bien.

Suspiró. De verdad esperaba que no pasara nada.

-Por cierto, háblame de tú. Así me haces sentir viejo.

Letze imitó al profesor, apoyándose a una distancia prudente.

-N-No… N-nací en Alemania...- Dijo mientras que se palpaba la nuca- Pero como verá… Uh… Soy mezclado. “Ni aunque fuese de aquí se lo tragaría alguien. Con este color de piel no, vaya.”

Antes de proseguir con la conversación, un camarero llegó para atenderles.  Pidió su bebida y la de Eugen y titubeó con el nombre de la bebida de Boris, por lo cual Triggs le echó un cable y zanjó la conversación pidiendo la suya.  Mientras aguardaban volvió al tema:

-A mí y-ya me contaron que es i-inglés jaja…- Se esforzaba por no parecer un antisocial ni un muermo.  Le sonrió incomodillo.- B-Bueno… Intentemos q-que la noche vaya bien y no d-dude en pedirme algo si lo necesita, p-por favor.

-Ay, perdón. -Boris se rascó nerviosamente la nuca. Definitivamente su manía de tratar con respeto a los demás parecía incomodar a más de a uno. Quizás iba siendo hora de intentar cambiar ese hábito. -Además, de viejo nada. Dicen vulgarmente que nosotros estamos en la edad más entretenida, ¿no? ¿Cuantos años tienes? ¿Treinta y algo?

- Claro, no te preocupes... - respondió el inglés. - Y háblame de tú... Letze, ¿verdad?

Notaba al profesor visiblemente incómodo. ¿Había venido por su cuenta o le habían convencido para venir?

- En realidad hace mucho que no hago este tipo de cosas... - añadió con una sonrisa, tratando de quitarle hierro al asunto. - Podrás imaginarte que con un amigo como el profesor Durkheim, esto no es lo habitual.

La cara de Eugen era la descripción más explícita del desengaño. ¿Tan viejo parecía?

-Yo... Em... -balbuceó incómodo. Apartó la mirada, procurando que no se le viese la cara de inmensa pena que no consiguió ocultar. Habló bajo, pero lo suficiente para que ambos acompañantes lo escuchasen-. Mmm... Veinticuatro...

Ediel al momento se tapó la boca con escaso disimulo y comenzó a reir en voz baja. Una risa disimulada pero audible para quienes se encontraban en la mesa.

-S-Sí… Parece un p-poco…  No te voy a mentir, me da a-algo de miedo p-porque tiene una cara ¿an-antipatiquilla?-Le había conmovido que Triggs hubiese cogido tanta confianza con él y optó por soltarse un poco y ser sincero.  Por mucho que fuese costumbre seguía pensando que llamar por los apellidos era un poco frío y él personalmente prefería infinitas veces su nombre.  De esta manera se sentía más querido.- P-Pero bueno… Umm… Eso.

Echó una mirada a la mesa dónde estaban sentados sus otros tres compañeros.  Eugen no le había dado permiso aún para usar su nombre y comenzó a comerse la cabeza pensando si se lo llegaría a decir pronto o durante un encuentro cercano.  Le dio por fijarse y el ambiente en la mesa era visiblemente extraño; Eugen tenía cara de malas pulgas mientras que el profesor de Runas se reía con discreción.  Boris se encontraba de espaldas y no lograba verle.  ¿Qué estarían haciendo?  Una idea llevó a otra y antes de que se pudiese dar cuenta su atención y aquellos ojos sandía se habían desviado por completo del albino.

-Em... -Sabía que acababa de meter la pata, y de forma monumental. Para más inri, el otro profesor parecía entretenido con aquel desliz. -Lo siento... -Se le escapó una risilla nerviosa que intentó contener para que no fuese malinterpretada. -Debo tener las gafas sucias.

El profesor de estudios Muggles, en su cabeza, escuchó el triste repiqueteo de unos tambores ante aquella clásica y barata excusa.

- Sí, bueno... Eso no puedo negarlo. - contestó Michael, antes de darse cuenta de que el alemán había dejado de prestarle atención por completo.

Miró hacia el mismo punto, la mesa donde estaban sentados sus otros tres compañeros. Por la cara del guardabosques, algo había pasado.

- Parece que algo no le ha hecho gracia a Kreiss... - comentó el inglés.

En ese momento, las bebidas aparecieron finalmente sobre la barra.

-No, no pasa nada, es mi día a día... -contestó el guardabosques con la pena y la resignación dibujada en su cara. La risita del otro estaba empezando a crisparle los nervios por mucho que intentase ignorarlo. Pero la paciencia no era su don-. Por favor, ¿podrías dejar de reírte?

-Deberías tomarte las cosas con más humor, hombre -rio el otro profesor-. Además, no creo que sea bueno que pongas esa cara. Te van a salir más arrugas... -añadió con una sonrisa socarrona mientras con un dedo se daba toquecitos en el entrecejo.

Eugen se puso una mano nerviosa en el ceño que, como siempre, frunció sin darse cuenta. La echó una mirada resentida a la puñetera carita sonriente del de Runas. Ya le estaban estropeando la noche, coño.

Menos mal que la sincronización de los otros dos era buena y llegaron con las bebidas en las manos justo a tiempo.

El moreno colocó las dos cervezas que llevaba en su sitio, una frente a él y otra frente a Eugen.  Se sentó y aprovechando el momento de despiste de sus compañeros mientras Michael colocaba el otro par de bebidas, miró a Eugen a esos enfurruñados ojos.  Tuvieron una breve conversación muda que consistió en preguntar mediante gestos qué le pasaba.  Acordaron por parte de Eugen que hablarían luego en privado.
Una vez zanjado esto le dio un trago a su cerveza que estaba rica y fresquita.  Sonrió ante el pequeño placer.

“Bueno… De momento va todo muy bien.  Este hombre es muy majo jeje." Miró de soslayo al albino. "Debería probar a hablar con más gente… Se me hace un poco raro tratarles tan... Formalmente. Tomaré ejemplo de Michael.”

-Januitis... – Nada más abrir la boca cayó en cuenta de que la duda que le había surgido involucraba a más gente- Mm... Bueno, N-Natarov a usted también le incluyo… Uhh… ¿L-Les puedo tutear?

Boris dejó escapar una risa divertida. Sabía que su compañero de claustro era tímido pero tenía que reconocer para sus adentros que no esperó que lo fuese tanto.

-Por mí, no hay problema ninguno. Puedes llamarme por mi nombre si quieres, eeeeehh... -El lituano se perdió un momento en sus pensamientos en busca del nombre del hombre de tez morena. No es que no le importase como se llamaba, es que era malo para los nombres y encima estaba mal acostumbrado a llamarlos a todos por sus apellidos. -... Letze era, ¿verdad? -Preguntó mientras cruzaba los dedos para sus adentros.

Letze asintió y Boris se relajó ante la respuesta afirmativa.
El albino tomó un sorbo de su cerveza mientras Ediel y Eugen también asentían. Recordó sus extrañas expresiones de antes.

- Por cierto, ¿qué fue lo que pasó cuando estabamos en la barra? - preguntó Michael con curiosidad. - Eugen no tenía buena cara.

-A la vejez, todo son achaques -contestó Ediel antes de que el aludido pudiese siquiera abrir la boca-. El muchacho se molestó por una bromita, pero no es nada que el alcohol no pueda solucionar -rio.

-Sí, claro, jaja -intentó reir Eugen, cosa que sonó más a sarcasmo que a reconciliación. Miró al profesor durante un segundo y pareció echar chispas por toda la mesa. Una vocecita le decía "¡te lo estás tomando muy a pecho!" pero el tío tenía algo en el tono de voz que hacía que le entrasen ganas de estrangularlo con la gomilla de la coleta. Le dio un trago a la cerveza. Mejor era que se calmase-. Pero anda, dejad de hablar de mí como si no estuviese aquí...