Con uñas y dientes

La planta se terminó de apartar, dejando a la chica con el pesado cinturón de castidad firmemente puesto. Ante ella, su ropa interior y su falda aparecieron en la mesa de la subdirectora.

-En principio lo llevará tres días y tres noches. Evidentemente, es imposible de quitar. Esto no la dejará exenta de sus tareas diarias. Recibirá un aviso con la cita para retirarle el cinturón, aunque, evidentemente, si muestra señales de mal comportamiento, el castigo se alargará.

Le hizo un gesto con la cabeza para que recogiese la ropa y se la pusiese.

-Ah, y como veo que le gusta mucho "copiar algunas frases" y "limpiar algo", una vez se ponga la ropa, me va a copiar esto quinientas veces. -Le alargó un papelito que citaba "debo conocer el sentido del respeto empezando por no hacer gala de mi moral cuestionable abriéndome de piernas en un sitio público " y una pluma de color vino. -Y mañana a la misma hora le daré algo por copiar o limpiar. Ni qué decir lo que puede suponer no acudir a la cita, ¿verdad?

El odio que había nacido dentro de ella fluía como el agua de una fuente. Era como si algo hubiera cobrado vida en sus entrañas y estuviera retorciéndoselas desde dentro, provocándole un malestar y una irritabilidad tan fuerte que no creía haber sentido algo parecido desde antes de acabar con su antiguo marido.

-"Mi marido..."- Aquel pensamiento hizo que desviara su atención a la alianza que llevaba en su dedo anular de la mano izquierda. Había luchado mucho por salir de aquel agujero. Había tragado mucha mierda para avanzar... No podía echarlo todo a perder por una profesora mal follada como esa. Si bien era cierto que su impasibilidad ante su aura fría de vampiro la había descolocado por completo, ella seguía siendo demasiado orgullosa como para admitir una derrota. Pero para ganar una guerra, muchas veces era necesario perder unas cuantas batallas.- No. Ya me hago a la idea de lo que puede pasarme, profesora...

-Muy bien, me alegro de que hayamos llegado al fin a un acuerdo.

Volvió a coger las tijeras y siguió podando la tentácula con un aire casi maternal y completamente relajada. Apartó la vista de la chica y la fijó en los tallitos de la planta.

-Puede marcharse. Recibirá avisos de cuándo deberá venir a verme. Y le advierto que no intente escaquearse con ninguna excusa, ya que le aseguro que sabré perfectamente que le llegan dichos avisos. Puede retirarse.

"Y espero que desaparezca de mi vista, que su polen envenena esta estancia. Insectos nocivos... qué asco."

-Como ordene, profesora.- La respuesta fue seca y escueta, pero educada. Mantuvo un timbre grave y frío, pero sereno. Sentía la rabia fluir por sus venas pero ella era capaz de controlar eso y más. No iba a tirar por despreciar todo el esfuerzo que invirtió para estudiar en aquella escuela por una mujer tan extraña como esa.

Zhen giró sobre sí misma y anduvo con paso firme hasta la puerta a pesar de la incomodidad que le provocaba el peso de aquel cinturón sobre sus caderas. Miró una vez más a la profesora que parecía encontrar más interesante aquella pulgosa y sucia planta que a la alumna que acababa de castigar. Al ver que aquella situación no podía alargarse más, abrió la puerta del despacho y salió al exterior en un silencio sepulcral.

Una vez la puerta se cerró, ella giró de nuevo y miró fijamente a la puerta, como si su odio pudiera traspasarla. Sus ojos, normalmente opacos, brillaron llenos de ira contenida y de ansias de moder aquel cuello que tan pudorosamente ocultaba su profesora.

-"Sucia zorra asquerosa... Te haré tragar tus palabras, mal follada. Que nadie quiera meterte nada no significa que los demás nos tengamos que contener..."- Respiró profundamente un par de veces para recuperar el control. Una vez logrado, se echó la espesa melena hacia atrás antes de partir a la Sala Común con la intención de decirle un par de cosas a su amiga por dejarla colgada durante su encuentro con el prefecto.- "No hay que impacientarse... Algo podré hacer, ya verás."

La muchacha abandonó el pasillo deseando que llegara la noche para desahogar sus frustraciones con el primer animal que se cruzara en su camino cuando se integrara en aquel bosque que tanto le gustaba...