Hago lo que hago

Chloris siguió lamiéndole los dedos llenos de azúcar una vez se hubo comido su trozo de pluma y el pelirrojo recordó lo que había ocurrido en la fiesta.

- C-Chloris le l-lamió un o-ojo... Y d-dijo que i-iba a... a d-desangrarla... - dijo Tristan, esperando que eso no fuese a ocurrir de verdad.

-¿Qué? ¿En serio? -Heller se irguió en el asiento, con su repentino malhumor paliado por unos instantes.

Clavó sus ojos verdes en la bolita de pelo rosa que se entretenía chupeteando los dedos de su dueño y tuvo que hacer un esfuerzo por no dejar que se le escapase una suave sonrisa de orgullo.

"Al menos la puta aguafiestas tuvo razones para ponerse un parche de verdad" rio hacia sus adentros.

-No hagas caso, pero ten cuidado con Chloris, visto lo visto ya no te puedes fiar de nadie... -dijo cordialmente, notando como el disgusto volvía a adueñarse de sus gestos. Se volvió hacia Stephan-. Y, bueno, respondiendo a tu pregunta... Sinceramente no soy capaz de decirte mucho ahora. La iluminación de la fiesta no ayudaba mucho, además de que no llevo aquí el tiempo suficiente como para ser capaz de reconocer a otros con esa facilidad... -suspiró-. Pero quien sabe, quizás si la escucho o algo así... ¿Algún sospechoso por dónde empezar?

-Kyo Saionji. Su círculo más cercano. Alguna tiparraca con la que tenga bastante relación.

Stephan sacó la lengua para lamer la pluma mientras con la otra mano rebuscaba en la bolsa algún chicle.

-He averiguado lo bastante como para cerrar el círculo en torno a él.

Tristan permaneció en silencio, pensativo. No conocía demasiado bien a Saionji (en realidad no conocía prácticamente a nadie), pero sí que le había visto en alguna que otra ocasión acompañado de una chica.

"¿Pero y si lo digo y no es ella? Entonces la metería en un lío y yo también me metería en un lío y me castigarían y..."

- Uhm... S-Stephan... C-Creo que... que s-se lleva b-bastante b-bien con e-esa chica d-de sexto... L-La ch-china...

-¿China?

Hincó los codos sobre sus muslos, mientras seguía entretenido con la pluma de azúcar. No había muchos asiáticos en la escuela como para no saber a quien se refería Tristan. Intentó recordar sus rasgos y relacionarlos con los de la enfermera, pero ambas partes se presentaban confusas. No obstante, sus dudas se dirigían hacia otra parte.

"¿Kyo Saionji?..."

-¡LA MADRE QUE LA PARIÓ! -Gritó Stephan de imprevisto dejando a sus compañeros atontados un momento.

Se abalanzó contra la bolsa y se metió tres chocolatinas del tirón en la boca.

-Perdón. Pero es que antes de Halloween me encontré con la china en el invernadero y estaba hurgando en cosas raras. Yo en el momento pensé que iba a robar para hacer algún filtro de amor o alguna guarrada similar... Pero ¿y si estaba preparando los ingredientes para boicotear la fiesta? ¡Todo encaja!

Tras engullir los chocolates rebuscó mas.

-Creo que debería hacer un estudio de posibles métodos de obtener un veneno como el que se usó esa noche, y si contrasto con los materiales de la escuela y con los de ese invernadero, seguro que doy con algo. ¿Qué os parece?

Tristan se quedó mirando a Stephan con la pluma de azúcar en la boca. No pensaba que de verdad hubiese una conexión entre Saionji y esa chica.

- A-A mí m-me p-parece bien... S-Si c-con eso quitamos el c-castigo...

-Lo mismo digo.

Continuó mordisqueando la pluma, pensativo. Había demasiados cabos inconexos. Maldita china de los cojones.

-Pero con sólo obtener el veneno en cuestión no vamos a poder relacionarla con lo sucedido, a no ser que haya una prueba de que ella sea culpable. Quiero decir, es un buen punto de partida, pero faltan muchas evidencias...

Hizo una pausa, jugando con la pluma entre los dedos. Le daba vueltas a sus propias ideas.

-Quizás, con un poco de presión...

Stephan permaneció pensativo unos segundos. A Heller no le faltaba razón. Sin embargo quedándose quieto seguro que no iba a llegar a nada. Reflexionó sobre lo hablado.

-Voy a hacer eso. Preguntarle a ver si alguno de sus ''amiguitos'' sabe algo jugoso que pueda inculparla.

Se dejó caer en la cama de espaldas emitiendo un suspiro de agotamiento ante la expectativa de lo que tenía por delante. No le gustaba meterse en fregados, pero tampoco quería callarse y tragarse la mierda que otros habían montado, y menos aún sabiendo que estaba en su mano hacer algo.

-Bueeeeeeeno... para una vez que nos juntamos los tres con ganas de cháchara nos deprimimos hablando de esta mierda... -Otro suspiro, esta vez teatralmente apenado. -Por cierto, Heller, últimamente se habla bastante del guardabosques... ¿A que sí, Tristan? Heller, no nos has contado gran cosa acerca de tu familia ahora que lo pienso...

Heller no puso buena cara ante la pregunta de Stephan. El pelirrojo tampoco sabía muy bien qué contestar, ahora que su compañero lo había metido en esa conversación.

- Ehm... A-A lo m-mejor n-no le a-apetece c-contarlo, Stephan... - dijo Tristan. - Y... Y-Y t-tampoco se habla t-tanto del g-guardabosques...

Sus cejas se curvaron. Fue un tic fugaz antes de recomponer su expresión habitual, pero no pasó desapercibido para su compañero holandés.

Redimirse era en vano; evitar una respuesta, inútil. Lo mejor era prestarse colaborador dada la situación, poner su mejor cara, y dejar que saliera a la luz lo que era inevitable. Hacer como si no ocurriera nada con una preocupación calculada.

-No, no. No pasa nada. ¿Qué pasa con mi hermano?

-¿Cómo que qué pasa? ¡Vengaaaa! ¡Pero si están casi todas las hembras a las que les han salido las tetas que se les cae la baba con él! -Fue la respuesta de Stephan, que se posó teatralmente el dedo índice sobre la mejilla.

Pero lo cierto es que le asombraba la capacidad de escaqueo que tenía Heller con respecto a su hermano. Porque era de cajón que si alguien llegaba nuevo y acompañado de quien iba a formar parte de los trabajadores de la escuela, hablara del tema. Cosas normales como "he venido con mi familiar tal, que está trabajando aquí", etcétera."

"Me pregunto por qué ese secretismo. Si además el tío se ve un trozo de pan..."

-Lo chulo es que tú tienes un aspecto así como delicadito y él es así estilo asalvajadillo... Sois muy divertidos de ver...

Tristan se había sonrojado ante el comentario anterior sobre el hermano de Heller, aunque no sabía a qué venía tanto interés de repente en él.

"Aunque ahora que lo pienso... No ha dicho nada de sus padres..."

- B-Bueno... N-No es tan raro... M-Mis hermanos t-tampoco s-se parecen e-en nada a-a mí...

-Ah, ¿de verdad? -respondió sorprendido. Las cosas habían salido por donde menos se lo esperaba-. La verdad es que contrastamos un poco...

Se permitió relajarse un poco y, por tanto, dejarse llevar por el tema. Sin agresión no había necesidad de ataque. Sonrió, dejando escapar un suspiro suavemente resignado.

-Y sinceramente... Mi hermano tiene muy mala pata con las mujeres, así que no me lo esperaba -se rio coqueto, no sin una pizquita de maldad muy contada. Con eso, quizás evitaría entrar en un campo de minas-. ¿Cómo son tus hermanos, Tristan? Si no es mucho preguntar...

Stephan permaneció a la escucha mientras se acariciaba la mejilla con una pluma de azúcar nueva que había sacado para seguir dándole juerga a sus ansias de chucherías. No pudo evitar sentirse un poco disociado cuando se empezaba a hablar de "familia".

"Soy tan mal amigo que no he preguntado acerca de la familia de Tristan."

Cosquilleo azucarado.

"Como no me gusta que me pregunten a mi, evito preguntar a otros. Es natural, ¿no?"

Cosquilleo con aroma a manzana y a azúcar.

"Sin embargo a Pestañitas no me ha dado reparos en preguntarle por su familia. Ahora Tristan pensará que me preocupo menos de él que de Pestañitas... Qué cruz..."

Sacó la lengua y dio un lametón, notando cómo la pluma se adhería a su piercing, mientras esperaba con curiosidad a ver qué contaban bajo el yugo de la conversación "familia".