Andarse por las ramas

"Me gustaría que alguien me necesitara así." Se dijo el chico para sus adentros, sintiéndose lo peor pocos segundos después.

-Sí, supongo que se puede hacer...

Pausa. Tosecilla.

-Espera, pero si eso que dices es cierto... ¿significa que tanto Aaron como tú estáis atados a un maestro?

-Vaya, eres un niño listo.- Exclamó la morena soltando su rostro al fin y jugueteando con un mechón de lacio cabello negro.- Has captado que, normalmente, para convertir a alguien se utilizan esos medios. No sé muy bien el caso de ese pero estoy casi segura de que su maestro está vivo, y eso es una putada muy grande.- Su sonrisa se ensanchó desviando su mirada al techo delos invernaderos, imaginando la cantidad de posibilidades que podían darse en una situación semejante.- En mi caso, no es así. Yo ya no tengo ningún vínculo con ese despojo.

Inconscientemente, se miró el anillo de bodas que relucía en su anular izquierda.

-Yo soy un vampiro independiente... y eso solo ocurre cuando el maestro que uno tiene muere, y supongo que podrás intuir el por qué, ¿verdad?

-Sí, puedo intuirlo... Afirmó Stephan esbozando una sonrisa estándar pero afable. -Eso es totalmente un aviso de "no me pongas las manos encima porque te puedo", al menos me ha sonado a eso.

Risilla.

"Esta tía es peligrosa de cojones. Aunque parezca una imbécil integral no lo es tanto... O eso o su maestro era más imbécil que ella... O quizás sea así porque se le ha subido el triunfo, y no es para menos."

Sin embargo Stephan no quiso mostrar miedo, ni aumentar la distancia. Mostrar miedo, pensaba, que eso lo haría más vulnerable. Pero tampoco agresivo ni pedante, ya que eso la provocaría. Seguir como siempre, como con todos.

-Si no es muy descarado, mientras recopilo información, ¿me puedes contar más cosas sobre ti? Siento su parezco descarado, pero siempre he querido saber más sobre otras razas, y más aun sobre la tuya por vuestras circunstancias, claro, pero los libros son solo teoría resumida, y Aaron no es de mucho hablar de esos temas... Por ejemplo me llama mucho la atención el tema de la alimentación. ¿Cómo te lo montas? ¿Y la opinión de la gente? ¿Y los horarios de sueño?

Si que le resultaba descarado la cantidad de preguntas que le estaba haciendo aquel pequeñajo, tal y como ella lo calificaba, pero era el primero que parecía interesarle de verdad su "estilo de vida", algo que ella consideraba lo mejor que le podía haber pasado jamás. ¿Iba a dejar pasar una oportunidad semejante para demostrar y decir abiertamente lo orgullosa que estaba de ser como era? Ni en broma.

-La verdad es que en la escuela es muy fácil, han amoldado las normas para poder tenernos aquí.- Respondió mientras se echaba la espesa y negra cabellera hacia atrás con una mano.- Solo podemos comer los animales que están en una estúpida lista que nos dieron al principio de curso, y los cazamos después de que los niños buenos como tú os vayáis a la cama.- Zhen se rió de su propio chiste.- Nuestro toque de queda es a las 11, y ni en bromas nos vas a ver desayunando en el comedor. La verdad es que tiene sus ventajas eso de cazar animales, son menos escandalosos que las personas... aunque odio eso de tragar pelo.

-Bueh, el pelo también se traga cuando te enrollas con alguien, ¿no? -Stephan comenzó a reírse por lo bajo de la guarrada que acababa de soltar, hasta que la mirada de la chica lo hizo recapacitar de aquel estúpido inciso que acababa de soltar. -Perdona, era para romper el hielo. Ahora pensarás que estoy salido, ¿no?

Zhen dejó escapar una carcajada divertida.

-Me gustan los salidos. Son muchos más divertidos que cualquiera con cayos en las manos.- Ahora era ella quien el echaba una mirada curiosa.- ¿Eres así con las chicas? Supongo que con las "vaginas estrechas" de por aquí no tendrás mucho éxito.

-Vagi... -Stephan se interrumpió para soltar una carcajada monumental que apresuró a tapar con sus manos para no hacer escándalo, pero sus lagrimones de aquella risotada imperecedera daban cuenta de cómo había digerido el comentario de la chica.

Una vez logró reponerse, aun con el rostro rosa, mejillas húmedas y los labios torcidos en aquella mueca que se resistía por desaparecer.

-Madre mía... Espera... que me... Ya respiro, ya. Pues sí, la verdad es que las chicas aquí no están muy por la labor, seguramente porque al tener esta cara afeminada se piensen que soy marica... o simplemente que los tíos solo pueden ser o musculitos o gorilas, ¿no?

Stephan se percató de la mirada de Zhen y no dudó en continuar esa línea de conversación.

-Tengo que reconocer que soy bisexual. Vaya, que no le hago ascos a nada, pero tengo que reconocer que cuesta infinitamente más que me pase un tío delante y se me ponga tiesa que con una tía... Con una chica hace falta más bien poco para que no pueda dejar los ojos en paz, lo reconozco. Con un tío tiene que ser otra cosa... ¿más o menos sabes a lo que me refiero o te he mareado?

-No me mareo con tanta facilidad, Stephan. A un par de chicas de por aquí les he enseñado unos trucos divertidos, créeme.- Acababa de tomar las confianzas por su cuenta. Total, ella no tenía por qué mantener las formas con nadie... excepto con esa buitre de subdirectora.- Vamos, que te ponen las chicas pero te mueves más por el "carisma" o como lo quieras llamar, ¿no?- Zhen se le acercó.- Curiosamente, ni me has mirados las tetas ni el culo. ¿Eso es que no te pongo o porque temes que me cabreé?- La morena le dio un pequeño empujón a Stephan y lo dejó arrinconado contra el cristal del invernadero. Zhen, por su parte, elevó la pierna y la colocó en la maceta justo que quedaba debajo del alemán, dejándolo con las piernas completamente separadas por su pie.- Según lo que respondas... pasamos al invernadero nº6 o no...

Stephan tuvo que echar una risilla.

-¿Que no te he mirado? Por favor... un hombre deja de ser un hombre y pasa a ser un ser que babea cuando se le pilla con los ojos en las tetas y el cerebro en la polla. -Risa. -Yo soy de los que disfrutan de la vista sin hacer sentir a la chica como un chuletón, al menos lo procuro.

Zhen esbozó una mueca burlona.

-Supongo que es una buena respuesta.- Apartó la pierna y dejó al fin libre a su acompañante.- No me has caído mal, así que te llevaré al Invernadero nº6... Solo para tenerte vigilado.- Añadió mientras exageraba el gesto de las comillas con los dedos.- Todo lo visto, oído y hablado se queda aquí dentro... incluyendo lo de tu bisexualidad.- La china se inclinó hacia Stephan, mirándolo fijamente a los ojos.- Con esa cara de niña, sé de más de un maricón de verdad que se te va a echar encima... Aunque supongo que eso se puede aplicar a Aaron. Dices que es amigo tuyo, ¿no?

Zhen abrió la puerta de invernadero y ambos entraron. Cerró tras ellos y echó la llave. Stephan durante un momento se quedó absorto mirando las plantas de su alrededor, pero sin olvidarse de lo último que le había preguntado la chica.

-No somos amigos íntimos. Nos llevamos bien y le cuento las cosas. Aunque sí que es cierto que a veces le dan prontos. -Se rió.

-¿"Prontos"?

-A veces me suelta alguna que otra mirada que intimida. Supongo que será por vuestra condición de vampiros, aunque tengo que reconocer que tú, aunque seas imponente eres menos "amenazadora"... -Hizo el gesto de entrecomillar con los dedos. -... por llamarlo de alguna manera. A lo mejor son paranoias mías.

-La palabra que nos diferencia a él y a mí es que él es un capullo y yo no.- Soltó ella dejando las macetas que tenía que llevar en el hueco que quedaban entre dos parterres.- Te mira con ojos golosos, ¿no? Con esa carita de conejito que tienes seguro que se muere por meterte un bocado.

-Mejor sería meterme boca, ¿no?- Bromeó el alemán.

-Te estoy hablando en serio, criajo, y por eso te decía que mejor no acercarte a ese.- Zhen, disimuladamente, arrancó un par de hojas de una planta y le ofreció una de ellas a su acompañante, poniéndosela justo debajo de la nariz.- Si yo te quiero morder, lo hago y punto. No me arrugo al reconocerlo y encima seguro que sé como hacerlo para no matarte. Pero él niega tooooooodos sus instintos así que el día que se le vaya de las manos y se te eche encima...- La morena acarició el cuello de Stephan con el filo de la hoja.-...estás muerto.

Stephan no pudo negar que la teoría de la chica era totalmente cierta, pero no obstante, podía estar marcándose un farol. Parecía la típica arrogante y manipuladora que no dudaría en elaborar trampas para que los demás se movieran a su ritmo. Sin embargo, para contradecir ese argumento estaba la escasa inteligencia que había demostrado en varias ocasiones, por lo que jugar con el carácter y las acciones de Aaron y que se saliese bien era algo improbable, por lo que eso último al menos tenía que tener una fuerte base real.

-Pobre Aaron. No debería ser tan cuadriculado. -Dijo el adolescente entrecerrando los ojos con el placer de las cosquillitas de aquella hoja que le ponía la carne de gallina.

Zhen abrió los ojos de forma cómica ante aquel comentario y, sin previo aviso, introdujo la punta de la hoja en la nariz del alemán, provocándole un cosquilleo inmediato en el orificio nasal. El rubio comenzó a estornudar reiteradas veces, emitiendo un sonido tan ridículo que hizo reír a la oriental.

-¡Qué ruidos más raros haces, chaval! ¡JEJEJEJEJE!- La morena dejó caer la hoja al suelo mientras se guardaba la segunda disimuladamente en el bolsillo de su uniforme, ignorando los quejidos de su acompañante.- ¡No seas quejica! Ni se te va a hinchar la nariz ni nada parecido, pero igual puede que estés un cuarto de hora sin parar... Puffffjejejeje...- El chico le dedicó una mirada rencorosa y Zhen solo pudo responder con una risa más que divertida.- Bueno, como me has caído bien, te doy media hora para que mires lo que te de la gana. No quiero volver tarde, tengo otras cosas que hacer...- Espetó mientras se relamía pensando en la cita que tenía con Andris Pētersons.- "Espero que esta vez se atreva a llegar al final, el marica obsesivo por el Quidditch..."

-Me haces sentir halagado. -Sonrió Stephan con la nariz aun roja, lo que le provocó otra carcajada a la chica.

El pelirrosa sacó morritos y cogió su libretita para seguir apuntando cosas.

-Soy muy bueno en Pociones aunque no lo parezca. Si necesitas cualquier cosa ya sabes. -Soltó como quien no quiere la cosa de forma amistosa.

Era más el deseo de querer llevarla a su lado para evitar conflictos y tener otro naipe en su baraja más que el deseo de hacerla su amiga. Desde un principio la actitud de la chica no le gustó nada, mejor dicho, le causaba un fuerte desagrado. Sin embargo parecía que si no cruzaba la línea con algunos temas, podía llevar una relación cordial con ella, y eso definitivamente le podía convenir.

Hacer aliados en aquella escuela, fueran quienes fuesen, aunque tuviese que andarse por las ramas a menudo para alcanzar su objetivo.

"Si hubiese sido más honesto probablemente ahora no estaría tan libremente aquí y compartiendo cosas confidenciales con una vampiresa. Hacer aliados, cubrirme las espaldas, tener una baraja fuerte con cualquier estrategia... Ya nadie más me va a pillar débil y desprevenido. No pienso estar solo nunca más."

-¿Sí? Que casualidad, yo también soy buena aunque no sobrepaso el 9 de media.- Aclaró ella mientras se apoyaba en una pared del invernadero a observar como su acompañante se ponía de cuclillas a hacer esbozos rápidos de una planta de flores pequeñas, anaranjadas y moteadas de violeta.

Sus ojos repasaron la cabellera rosa del chico y se detuvo en la blanca nuca que relucía entre los mechones. Para ser el tipo de chico de afeminado que la repelía, le resultó una visión bastante sensual... y apetitosa.

-...Ya que eres tan bueno, a ver si me respondes a una duda.¿Qué crees que pasaría si mezcláramos una Confusing & Befuddlement Draught y una Love Potion en un porcentaje de 40 y 50 por ciento? ¿Crees que para hacer una buena fusión se debería usar otro porcentaje?- Se le acababa de ocurrir una idea.


Confusing & Befuddlement Draught = Distorsiona la realidad del que lo bebe (soy un genio, ¿verdad? XD)

-¿Intentas dejar a alguien aturdido y con calentón hacia ti? No te lo recomiendo. Acabarás con el desgraciado en cuestión en coma y las hormonas a punto de explotar, pero inútil de todas formas por el estado de debilidad. Para lo que tú quieres, o al menos creo que quieres, mejor con una simple lullaby potion con una buena base de hierbas relajantes y un par de gotas de tu love potion preferida. Añade unas raíces de lovage para acentuar el atractivo fatal y darle saborcito.

La chica miró a Stephan a los ojos y pestañeó un par de veces.

-¿No te gusta el plan? Yo creo que está bastante acertado... Sé lo que me hago...

-Ju...¿Y con quien lo has probado para estar tan seguro?- Preguntó ella meneando las pestañas con soltura, pero antes de que su acompañante le respondiera ella volvió a interrumpirle.- No importa, seguiré tu consejo entonces. No se me dan mal las pociones, pero no soy tan buena a la hora de calcular los efectos de estas cuando se mezclan dentro de un organismo... Mierda.

-¿Qué pasa?

-Urraca a la vista, así que tienes dos minutos para coger lo que te de la gana y salir pitando de aquí por la puerta trasera. Ya me encargaré yo de entretenerla.- Espetó la morena entre dientes, dejando ver levemente sus colmillos de forma amenazante sin apartar la vista de aquel punto en la explanada que se acercaba a los invernaderos. Zhen se volvió a su acompañante, quien se había quedado estático al verla así, y le habló con una violencia similar a la expuesta hacia escasos segundos contra la subdirectora.- ¿No me has oído, niño? ¡Mueve el culo, coge lo que más te interese y fuera!

Stephan corrió a buscar los ejemplares que le interesaban. Sacó unos tarros de una bolsita pequeña de tela que había comprado en una tienda de bolsos mágica con un hechizo ampliador "infalible" de fábrica.

Se agenció lo que pudo, lo guardó todo y escurrió el bulto limpiamente, echando la vista atrás y sus pirando al alejarse del invernadero.

"Parece que entre esa chica y yo, si tratamos de lo justo, puede haber química. Al final sí que nos hemos andado por las ramas ahí dentro." Dijo sintiéndose tremendamente cansado. Observó por última vez las ramas nudosas que se enredaban en el invernadero. "Andarse por las ramas. Qué literal."

Varias risas silenciosas se perdieron entre la hojarasca.