Solo alguien del montón...

El profesor de Estudios Muggles estaba terminando de ordenar su escritorio. Aquella chica, Strauss, había solicitado un encuentro con el para hablar sobre su asignatura porque, al parecer, ella estaba muy interesada en ella. O al menos, eso fue lo que el anterior profesor de Estudios Muggles le comentó, pero como no fue hasta ese año que la alumna se puso en contacto con él, pues debía reconocer que casi se había olvidado.

-"Para alguien que se interesa de verdad por mi asignatura, voy y me olvido... Ay, soy un desastre." -Pensó mientras miraba por encima la lista de contenidos del temario de aquel año, intentando dividir los temas por día para ir fijando las fechas de sus exámenes. -Me pregunto qué querrá saber exactamente esta chica. Solo sé que es una estudiante de nota media/alta y no ha causado ningún problema... Tengo ganas de conocerla.

Malina estaba ante la puerta del despacho de Estudios Muggles, recolocándose las coletas y comprobando su aliento perfumado de chicles de frambuesa. Estaba todo en orden. Solo quedaba un minuto para que fuera la hora en punto a la que había quedado con él.

"Llamaré en el momento en el que sea la hora justa. Daré mejor impresión."

Lo cierto es que ella sí se había fijado en aquel profesor jovenzuelo con gafas y aspecto de encanto desaliñado. El que fuera profesor de Estudios Muggles no hizo más que despertar aun más su interés en él.

Apretó sus desarrollados pechos entre sus manos para subirse el sostén. Cuarenta y cinco segundos. Se apartó las gafas para curvarse las pestañas con los dedos. Treinta y dos segundos. Alisó su falda y su camisa. Dieciocho segundos. Humedeció sus labios y se subió las medias. Cuatro segundos.

Tres.

Dos.

Uno.

Llamó a la puerta.

-Adelante.

Ante aquellas palabras, la puerta se abrió con parsimonia dejando paso a la adolescente cuya ficha él había estado investigando. No pudo reprimir el divertido pensamiento de que era una chica fotogénica. Su cara y sus facciones eran exactamente las mismas que en la foto de su expediente, algo fuera de lo habitual.

-Buenas tardes, Strauss. -El profesor desvió la mirada un momento hacia el reloj muggle que colgaba en la pared lateral de su despacho. -Tu puntualidad no es nada despreciable, ¿sabes? Casi voy a tener que aprender yo de ti.

Malina le sonrió. Aquel joven profesor era amable y algo despreocupado. Le pareció graciosa su forma de romper el hielo.

-Pues si quiere, le doy unas clases y todos contentos. -Se rió la chica. Lo miró a los ojos y aun con una risilla, rectificó. -Como que no es lo correcto, ¿verdad?

Dejó sobre la mesa un par de libros de arte muggle y tomó asiento delante del lituano.

-Eso es para usted, si quiere echarle un ojillo cuando tenga libre. Si lo conoce todo, pues mire, ya tenemos un tema más en común.

El hombre cogió uno de los libros al pasar al lado de su escritorio y le echó una ojeada rápida a la portada y al contenido de las primeras páginas mientras se apoyaba al borde del mueble, algo que seguramente le hubiese sido reprochado como profesor que era y tratando en aquel momento con una alumna.

Pero era su despacho y en ese lugar él ponía sus propias normas.

-Gracias, es un detalle. -Le respondió mientras miraba una fotografía ampliada de la escultura del Laocoonte y sus hijos, una de sus favoritas. -Y no te creas, he mirado algunos pero no tantos. Los profesores no tenemos tanto tiempo libre como pensáis algunos. -Boris volvió a dejar el libro dónde estaba y cruzó los brazos mientras miraba con curiosidad a Malina. -Asi que te interesan lo muggles, ¿eh? ¿Te molesta que te pregunte el por qué?

-No me molesta en absoluto. -Risilla. -Más bien lo que me fascina es el hecho de que los muggles han sabido transformar el medio en el que viven para adaptarlos a sus necesidades... sin magia.

Malina apoyó su barbilla en el dorso de su mano de una forma bastante estética.

-Los muggles han estudiado el mundo a fondo estando a la mitad de recursos de los magos. Han coronado la tecnología y, por supuesto, el arte, con las manos y la carne. Y remarco "arte", porque mirando la diferencia entre el arte mágico y muggle se ve la gran diferencia entre ambos... Los muggles tienen una sensibilidad artística muy superior a la de los magos, pero no por ser muggles, sino por no tener la "magia" como colchón para todo...

Boris no pudo reprimir un breve y suave bufido de la sorpresa.

Hubiera esperado muchos tipos de respuesta. Que los muggles son seres inferiores dignos de estudio, que tienen unas costumbres extravagantes, que quería ver a los muggles desde el punto de vista teórico... Pero la reflexión que acababa de exponerle aquella alumna lo había dejado mudo de la impresión. Al fin y al cabo, para él era una forma de pensar demasiado profunda para una chica de esa edad.

-"Definitivamente, es diferente. Eso no se puede negar." -Pensó el profesor de Estudios Muggles mientras se apartaba un pelo rebelde que había escapado del yugo de su gomilla para el cabello. -Me impresionas. No esperaba escucharte decir eso, la verdad.

El lituano apoyó las manos a ambos lados de su cuerpo, dejando caer todo el peso sobre el escritorio.

-Yo también pienso que la forma de ver el arte de los muggles está muy por encima de la nuestra, y eso que soy mestizo. -Una breve y amable risilla. -No voy a negar que los cuadros móviles a veces son impresionantes, pero muchas veces me ha dado la sensación de que dependen más de la vida volcada en los personajes de la pintura que el cuadro en sí.

Boris la miró a los ojos. No podía negar que aquella estudiante era la primera persona con la que podía explayarse en algo que a él no le gustaba, le encantaba.

-¿Tanto te interesa el arte muggle? ¿Has estudiado alguna cosa por tu cuenta?

-He mirado bastantes libros y enciclopedias dedicadas a eso, en librerías y bibliotecas muggles. -Relató con orgullo.

Se recolocó las gafas y con una sonrisita de suficiencia se aclaró la garganta.

-Aunque tengo que reconocer que en lo que sí que indagado a fondo ha sido en la literatura, que se acerca más a mis motivaciones...

-¿Te gusta la lectura? Eso es estupendo. -Encandilado por el profundo interés cultural que parecía poseer aquella chica, el profesor de Estudios Muggles se relajó en la conversación. Siempre era bueno encontrarse con un estudiante así. -Sinceramente, no estoy tan puesto en la literatura, aunque tengo curiosidad sobre qué tipo de libros te interesan. ¿Sigues algún autor o te mueves más por la temática?

-El realidad empecé a indagar a los clásicos de la literatura muggle... Shakespeare, Alejandro Dumas, Dostoiewski, Homero, Gabriel García Márquez, Oscar Wilde, Verne, Kafka...

Malina se detuvo a mirar el rostro anonadado de su profesor. Se sintió más que complacida al verse escuchada tan atentamente, y la seguridad en sí misma se le hinchó de golpe. El rostro fascinado del lituano le pareció muy atractivo.

-Sin embargo quien me tiene encandilada, quizás pueda ser demasiado rimbombante, pero es Shakespeare. Me tiene absolutamente enamorada...

Y para sus adentros añadió: "Y Sade."

Shakespeare.

Ni más ni menos que Shakespeare. Lo más habitual hubiese sido que la muchacha hubiese comenzado a nombrarle autores célebres del momento, como mucho, de algún libro que estuviese en aquellos tiempos en la cúspide de la ola en popularidad, pero Malina parecía salirse constantemente por la tangente. Tenía las ideas muy claras, una forma muy profunda de ver el mundo a pesar de su edad y una mente inquieta y privilegiada.

-"¿Cómo es posible que el resto de los profesores no se haya dado cuenta? Esta chica parece especial..." Me dejas mudo, en serio. Voy a quedar en muy mal lugar, pero debo confesarte que aun siendo mitad muggle nunca he leído algo de Shakespeare. Supongo que porque siempre he tenido la cabeza en otras cosas... -Un breve carraspeo. -Yo me he inclinado más por las artes, especialmente la pintura. En mi opinión es fascinante ver la forma que han tenido de ver el mundo tantos artistas a lo largo de la historia. Supongo que se deberá al hecho de contemplar algo realizado con el fin de poner imagen a una sensación o un sentimiento, no sé si me explico bien.

-Sí, sí, lo comprendo. En las artes plásticas, como las llaman, lo maravilloso es ver una evolución de ideas, creencias, política y de historia en general de manera tan visual. Y con tantos estilos, tantos enfoques... Desde mitología y religión a escenas cotidianas, fantasías, denuncia social...

Malina se echó el pelo un poco hacia atrás. Estaba tan entusiasmada que se estaba dejando llevar.

-Cuando estuve en el museo, de verdad, no quería salir de allí. Me compré un montón de postales y cosas de recuerdo que tuve que meter a escondidas en casa. -Se echó unas risas como si se tratase de un chiste que solo ella pudiera entender.

-Así que de museo... Da gusto escuchar a una alumna hablar con la propiedad que tú tienes. -Le dijo el lituano con sinceridad a pesar del dato acababa de colarse en su cabeza. -"A escondidas... Creo ya entiendo esto un poco mejor".

El moreno, guiado por su curiosidad, continuó con la conversación.

-¿Y qué artista es de tu estilo? Porque me gustaría saber a quien pones en el mismo nivel que a nuestro amigo Shakespeare.

-Quizás le parezca raro que diga esto habiendo dado a Shakespeare como ejemplo, pero tengo cierta devoción por Hieronymus Bosch y Pieter Brueghel. -Malina se recolocó las gafas. -Ambos tienen parecidos más que evidentes.

Cerró sus ojos y visualizó delante suya algunas de sus obras preferidas de ambos, como "El Infierno" y "El Triunfo de la Muerte".

-Creo que me impresiona mucho la capacidad de crear grandes entornos en un espacio tan reducido. Dalí también sabe jugar muy bien con esos paisajes irrealmente inmensos. Pero en el caso que le acabo de decir, en añadir grandes multitudes vivas, pequeñas y ruidosas, que hacen que tengas que mirarlos durante horas para percibir cada gesto de cada personajes, y en un entorno de...

"Caos."

-... caos absoluto. No una porción de caos, sino cientos de miles de personajillos inmersos en un entorno de puro caos tan bien transmitido es algo que me fascina. Al igual que de Shakespeare la capacidad de elevar la agonía hasta el último suspiro... Igual piensa que estoy un poco loca, ¿no profesor?

-Quizás un poco. -Respondió el maestro con una carencia absoluta de maldad. -Pero soy de los que piensan que de la locura nacen los genios. Solo hay que mirar la historia de las artes, tanto la pintura como la literatura, ¿no te parece?

El hombre volvió a coger el libro y se perdió en los detalles de aquella fotografía que condecoraba aquella portada.

-De los peores sentimientos pueden salir maravillas. Darle formas a lo que se suelen llamar monstruos internos nos ayuda a aceptarlos mejor. -El hombre se dio cuenta de que quizás se estaba soltando mucho con aquella muchacha, pero ella le llamaba la atención lo suficiente como para ignorar su faceta de profesor. -Ya que te gusta tanto leer, ¿también te gusta escribir?

Malina se sonrojó al oír aquello de su profesor, y cuando le hizo aquella última pregunta bajó la vista algo azorada.

-S-sí. Escribo cosas... pero nadie las ha leído... Bueno, a veces en anterior profesor de su asignatura pero... -Las palabras de Malina, a un volumen irregular, salían de su boca con timidez.

-Así que el antiguo profesor leía tus cosas... -Boris no podía negarse a sí mismo que le picaba la curiosidad con una extremidad incluso peligrosa, pero él también hacia cosas "por amor al arte" y no iba a atosigar sobre ello por muchas ganas que tuviese. -Ahora sí que me das motivos para enfadarme con él por no haberme contado más cosas de ti.

El lituano le sonrió.

-¿Eres tan rimbombante como Shakespeare o más alternativa?

-Algunos lo llaman "escritura automática". Más bien son como fragmentos de diario dejando a mi mano actuar solita. A veces más poética. A veces más ruda. Pero siempre tiene una continuidad.

Malina se atusó un poco el cabello.

-Hay otro chico que escribe cosas preciosas que son más estilo "prosa poética", y a veces para divertirnos escribimos una frase uno, una frase otro, para divertirnos. -Se rió. -Pero hablando del estilo, pues a veces puedo ser un poco "Shakespeariana", pero otras veces puedo ser mas estilo Kerouac. Un poco opuestos...

-Quieres decir que aplicar una especie de ley del contraste... Me gustaría leer alguna cosa tuya, pero no creo que mi opinión te fuera a valer de mucho ya que no estoy muy metido en la literatura. En mi época de estudiante tengo que reconocer que era de los que solo leían lo que le mandaban en clase. -El hombre dejó escapar una breve risa cargada de nostalgia. Cuando hablaba de esa manera, se sentía viejo como pocos. -Entonces, tenemos a otro escritor oculto entre los nuestros, ¿eh? Seguro que el gran Director tiene que sentirse orgulloso de gente como vosotros, que experimentáis con algo más enriquecedor que los cócteles que preparáis en las fiestas. -Esperó el lituano echándole una mirada perspicaz a la muchacha.

Malina no se contuvo y soltó un sonido del tipo "puuuuufffff" sin ningún reparo.

-El imbécil que haya hecho algo así debe estar muy frustrado o debe creerse muy listillo. Porque era de cajón que todos íbamos a estar en el mismo saco, así que igualmente ahora el/los que sean están sufriendo limitaciones... -Malina se veía claramente irritada con el asunto. -Yo no estuve allí. Y de haber estado, aseguro que el idiota de turno me las iba a pagar...

-Ya, es normal. Aunque sea profesor, tampoco estoy muy contento con eso. -El lituano prefirió omitir la nefasta influencia que aquel incidente había causado sobre su proyecto ya que era algo no oficial aún. -Pero mejor no le des vueltas a eso que solo conseguirás irritarte aún más.

Boris se recolocó en su asiento sin apartar la vista de la muchacha.

-Y dime, ¿has pensado en presentarte a algún concurso literario? Si quieres, puedo recomendarte alguno.

Malina abrió bastante los ojos y juntó las manos.

-Ah... esto, pues no, no lo he pensado... -La chica se sintió algo confusa con todo aquello. No es que la idea no le atrajese, pero le había pillado tan de sopetón que no sabía cómo encajarla. -No sé siquiera si serían aptos para tal fin...

-Bueno, para empezar, si lees tantas cosas algo de calidad seguro que vas a tener. -Aclaró el hombre como si fuese lo más natural del mundo. -Lo primero que debe hacer todo buen escritor es leer mucho, ¿no es así? Así que en principio debes cumplir las condiciones con creces.

Boris le dedicó una sonrisa conciliadora.

-Y la verdad es que los concursos de literatura son más variados de lo que parece a primera vista, y no suelen ser tan subjetivos como los de pintura o fotografía... Pero vaya, es algo que debes decidir tú. Si no sabes dónde buscar, puedes preguntarme cuando quieras. Te recomendaré algunos eventos que hacen a principios de primavera que prometen mucho, mucho.

Malina apretó los labios algo nerviosilla por todo aquello. Se sentía muy halagada, y eso no lo podía negar. Echó en falta un cigarro en sus labios para poder relajarse y recuperar su seguridad con cada calada, pero era consciente de que aquello estaba lejos de su alcance.

-Muchas gracias... Si lo piensa de verdad, puedo pasarle alguna de mis cosas y ya juzgará... Si no es molestia, claro...

-No me molesta para nada. Siempre es de agradecer que alguien de tu entorno evalúe lo que haces, ¿no? Es la mejor manera de conocer tus propios defectos y perfeccionarlos. -Respondió el hombre con un deje de decepción en su rostro. A él también le hubiese gustado que alguien se interesase por sus pinturas, pero no se le podía pedir peras al olmo. -Eso sí, tendrás que perdonarme si tardo en leerlas. Como me pilles en época de exámenes no tendré tiempo ni para hacer mis cosas.